martes, 16 de agosto de 2016

Lúa Nova, 22

                                                                                                       A ESCOLA DAS FRORES

Cando caen os chubascos do mes de San Xoan, e os negros nubarrons bruan pol-o ceo, e o vento  mollado do leste ven pol-o hermo a tocar a flauta nas canaveiras dos bambúes, as frores xurden, sin que ninguen seipa de onde n-un súbito tropel, e poñen-se a bailar sobre a herba, tolas de ledicia.

 -Naiciña, ¿as frores van a unha escola que hai debaixo da terra, non? Alí, pechada a porta, estudarán as suas leccións; e si queren saír a xogar antes da hora, seu mestre pon-as de xoenllos n-un curro. Pero, cando chove, ¡que día de festa para elas!

  As ramallas báten-se ruidosamente na arboreda; saloucan as follas no tolo vento; as nubes de tormenta baten coas suas mans xigantes... E as frores-nenas saen correndo, vestidas de rosa, amarelo, de branco...

  -Naiciña, escoita; as frores teñen a sua casa no ceo, entre as estrelas, ¿sabes? ¡Mira tí, sinon, como queren subir! ¿A que non sabes tí porque corren tanto? ¡Eu si que o sei! E sei a quen tenden os seus brazos. As frores teñen unha nai como eu te teño a tí, naiciña da miña alma.

          (Vicente Risco, A Nosa Terra, nº 160, 1 de abril de 1922) 
 

Cuando caen los chubascos de junio, y los nubarrones negros braman por el cielo, y el viento levante viene mojado por el desierto a tocar la flauta en los bambúes, las flores salen en súbita algazara, sin que nadie sepa de dónde, y se ponen a bailar sobre la yerba, locas de alegría.
 -Madre, yo digo que las flores irán a una escuela que habrá bajo tierra, ¿no? Allí, con la puerta cerrada, estudiarán sus lecciones. Y si quieren salir a jugar antes de la hora, su maestra las pondrá de rodillas en un rincón. Pero cuando vienen las lluvias, ¡qué día de fiesta para ellas!
Las ramas chasquean ya ruidosamente en la arboleda, y las hojas murmuran en el viento loco, y las nubes de tronada palmotean con sus manos jigantes…  Y  las flores  niñas salen fuera corriendo, vestidas de rosa y amarillo y blanco…
-Oye, madre, las flores tendrán su casa en el cielo, con las estrellas, ¿verdad? ¡Mira tú, si no, qué ganas tienen de subir! ¿Y a que no sabes tú por qué corren tanto?  ¡Yo sí lo sé! Y sé también a quién echan sus brazos.  Las flores tienen su madre como yo te tengo a ti.


(Zenobia Camprubí, La luna nueva (poemas de niños), 1915)

WHEN storm clouds rumble in the sky and June showers come down,
The moist east wind comes marching over the heath to blow its bagpipes among the bamboos.
Then crowds of flowers come out of a sudden, from nobody knows where, and dance upon the grass in wild glee.

Mother, I really think the flowers go to school underground.
They do their lessons with doors shut, and if they want to come out to play before it is time, their master makes them stand in a corner.

When the rains come they have their holidays.
Branches clash together in the forest, and the leaves rustle in the wild wind, the thunder-clouds clap their giant hands and the flower children rush out in dresses of pink and yellow and white.

Do you know, mother, their home is in the sky, where the stars are.
Haven't you seen how eager they are to get there? Don't you know why they are in such a hurry?
Of course, I can guess to whom they raise their arms: they have their mother as I have my own. 

   (Autotraducido por Tagore do orixinal bengalí : The Crescent Moon (London: Macmillan, 1913)




No hay comentarios:

Publicar un comentario